jueves, 15 de enero de 2009

Relato

.
Hace mucho tiempo que no escribo, me han pasado muchas cosas, desde lo mas triste del mundo a levantarme contenta para ir a clase. Empezamos por partes.
Después de mi cumpleaños, el trato con mis compañeras de clase o trabajo, no se como llamarlo, pues ha ido a mejor, en especial tres chicas, que son la clase de chicas que me hacen reír y que me encanta tener como amigas, cada día las relaciones se hacen mas estrechas y solo llevo dos meses, pero para ella llevar un año juntas me han cogido como una mas de ellas, estoy contenta y me llenan. Aunque pasa una cosa rara, hay una que me llevo muy bien con ella, pero me recuerda tanto a una amiga que tube, sus gestos, hasta la cara, la manera de ser todo hasta alguna ves le he dicho el nombre equivocado, me pregunto si siempre me gustan la misma clase de amigas.
Y ahora lo malo de las navidades, me han dejado en números rojos y todo a deber, y aunque haya estudiado un poco de contabilidad, la parte del debe no es difícil saber que no es nada bueno. Han sido horribles, a 6 días de la cena de navidad fallece mi abuelo, y yo convenciendo a mi madre que lo sacara del hospital en la noche buena.... no me quito la última imagen de el, habían llamado a la ambulancia porque le dolía mucho las extremidades y ya no había forma de asearle o cambiarle de ropa, así que decidieron que era hora de pedir ayuda, yo acababa de llegar con David a mi casa y veo a mi tía en la calle, la veo preocupada, le pregunto y me dice que va a llegar la ambulancia para levarse a mi abuelo, así que subo a verle, y lo veo en la cama temblando de frío, entra los chicos de la ambulancia y le miran la tensión y lo destapan, para que a la hora de bajarlo no note mucho el cambio de clima, veo a mi abuela nerviosa y me pongo fuera, y cuando veo que molesto bajo, todos preocupados menos el simplón de mi tío que tiene cosas importantes que hacer y se va, no se porque me molesto, no esperaba ningún detalle por su parte, cuando miro ya veo a mi abuelo en la calle en la camilla, se acerca la novelera de turno de la calle para recabar información, le suben a mi abuelo el espaldar de la camilla y se asustó tanto que les grita de miedo, cuando le suben a la ambulancia se agarra con todas sus fuerzas a los barrotes, le grito adiós y muevo la mano para que note que me despido de el, pero está tan asustado que ni lo vio, la vecina novelera me hace el comentario innecesario de decirme que no me oyó, ya lo se que no me oyó, no soy tonta, cierran las puertas y se van, me quedo con una espinita que decido ir al hospital a las dos horas para verle, no me dejaron porque estaba en urgencias y claro, mis tias querían verle, y sentía que ellas tenían mas derecho, todo eso pasó el sábado. El lunes por la noche lo pasan a planta en otro hospital y se permiten las visitas a cualquier hora, pero como estaba con las clases y mi madre iba solo las mañanas, decido que quiero ir el sábado, desde el Lunes mi padre me dice todos los días que mi abuelo está muy mal, pero por otro lado mi madre decía que tenía sus días, así que me quedaba con lo positivo. Llega el jueves por la mañana y me levanto muy mal, decaída y sin ganas de nada, tenía la sensación de que me iba a pasar algo malo, así que cogí el coche para ir a clase pensando que me iba a pasar algo con el coche, llego a clase y la sensación me pesa, así que creo que voy a tener un día malo, pasa la mañana de lo mas normal y se me olvida mientras estoy allí, a las 3 salgo y me acuerdo de lo mal que me sentía y pienso entonces que me va a pasar algo con el coche, pero nada, todo sigue muy normal, almuerzo y me quedo en mi casa todo el día, la sensación desaparece y se me olvida, entonces llega mi madre corriendo y me dice que han llamado del hospital que mi abuelo se ha puesto peor, y agarra lo que puede y se va al hospital, yo me quedo preocupada y me voy a casa de mi abuela para que no esté sola, no para de llorar, y yo le digo que no se preocupe que solo han dicho que se ha puesto peor, que llamaré a mi madre mas tarde y que ya me contará, ella sigue llorando, y mi tío el Capullo grita desde el baño "callate yaaaaaaaa" a mi me hierve la sangre y con cuatro palabras que me hubiese gustado decirle, decido que no es el momento de peleas y le ignoro, entonces antes de salir mi tío, dice mi abuela *coge el DNI de tu padre que dijeron que hacia falta* madre mía, con esa frase me lo dejaron muy claro, porque iban a querer el DNI ahora después de cuatro días, que mal momento, baja mi tía y empieza a consolarla que no se había enterado de nada, y entonces llega el momento maldito, el móvil de mi tía y el mio empiezan a sonar a la ves, nada bueno se avecina, salimos fuera a hablar, mi padre me lo dice, y me dice que llame a toda la familia, no lo asimilo, mi tía se niega a decírselo a mi abuela y yo no estaba preparada para hacerlo, pero cuando entro mi abuela ya lo sabía, creo que hasta el momento nadie le ha dicho que ha fallecido claramente, los actos y nuestras caras lo decían todo. Entro a mi casa hablo con David, que hace un amago de abrazarme y al que yo le contesto que no pasa nada, que mi abuelo no se ha ido para mi, así que empiezo con la agenda y a llamar, no cogen el teléfono, y me presento en la casa de una de sus hermanas de mi abuelo y ella me dice que e encargará e avisar a los demás, me quita en parte un peso, llego a mi casa y ya está todos los hermanos allí menos mi madre que está arreglando los papeles en el hospital, estando en la puerta de mi abuela oigo mi nombre tan bajito que no acabo de comprender de donde viene, y a que no saben quien era, pues si, la novelera de turno, la veo entre las rendijas de la ventana y me dice que ve mucho movimiento, y me dice claramente *tu abuelo murió ???, pues si mi niña, murió a las 9 de la noche solo en hospital, un dato que mi madre jamás se perdonara y que llevará consigo por el resto de sus días. Llego al duelo y aún no han entrado el cuerpo pero todos allí esperan, entonces una mujer sale y comenta que está preparado y que si quieren verlo, y tres valientes entran y le dan un beso, cosa que yo no haría jamás, y en dos días que estuve allí jamas entré a verle muerto, me quedo con la imagen de el tapado en el sillón o yéndose en la ambulancia. Pasan los días y parece que la cosa no va conmigo, no lloro, no muestro tristeza, no me ven mal, pero por dentro no duermo, no como..... la parte del entierro me la quiero ahorrar, me cuesta decir adiós. Todos suben al cementerio, yo no quiero ver ese momento innecesario, ya me despedí de el, voy a casa de mi abuela, y entonces empieza el verdadero duelo, el de ver su vaso de vino por la mitad, su cartera, su manta, su habitación, su ropa........
Que difícil se hacen esos momentos, pero ahora entiendo lo del tiempo lo cura todo, no es que lo cure, pero aprendes a vivir la nueva situación. Quizás, no debí esperar al finde para verlo, pués nunca llegó el Sábado para verle, no dejaré nunca mas las cosas para mañana.